En un ambiente educativo, el juego proporciona disfrute, desafíos y oportunidades para los estudiantes. Los juegos conducen a lograr un compromiso profundo y traen mejor retención y cambios en el comportamiento. Bien realizada, la gamificación motiva y empodera a los estudiantes a que logren objetivos voluntariamente, tomen decisiones, dominen habilidades y las apliquen en un escenarios realistas. 

No hay una fórmula mágica para involucrar a los estudiantes, pero la clave en personalizar experiencias de aprendizaje y en ludificar ciertos componentes de la educación está en establecer la innovación como un objetivo constante, con el fin primero y último de mejorar la experiencia de los estudiantes. 

Se puede comenzar con desafíos de prueba sobre un tema en particular, y más adelante avanzar en estructuras más complejas, como el desarrollo de un curso completo. 

Como en cualquier herramienta de involucramiento, es importante prestar atención a la reacción de los estudiantes, a su desempeño dentro del juego y a las necesidades durante el mismo. Una vez que está definida la estrategia, la clave está en probar. 


Algunas claves para gamificar materiales de aprendizaje: 

  • Inventar una historia con capítulos que integren contenido y actividades dentro de diferentes niveles. 

  • Crear un sistema de puntos para premiar a los estudiantes por avanzar en el juego. 

  • Pensar en instancias especiales como contenido adicional escondido o pruebas de aliento para los estudiantes que requieren acompañamiento. 

  • Desarrollar un mapa visual donde se pueda ver la cantidad de niveles y el flujo del juego junto a los desafíos y recompensas. 

  • Proponer reglas claras e inclusivas, con un canal fluido de comunicación para que todos participen y nadie se quede afuera. 

  • Diferenciar entre actividades de juego y estructura del juego.

Sobre este último punto, algunos aspectos a destacar: 

Mientras que las actividades del juego contemplan elementos como niveles de dificultad, tablas de calificaciones, formas de retroalimentación - entre otras- la estructura del juego tiene que ver con el modelo lúdico que se empleará a la hora de gamificar: aventura, juegos de rol, simulaciones, etc.  

Actividades del juego: 

Dentro de un juego es importante incorporar diferentes eventos porque esto agregará mayor o menor profundidad al proceso. Un juego típico contiene herramientas como puntuaciones y tablas de clasificación, lo que hace que el estudiante juegue por un objetivo establecido o sea parte de un torneo junto a otros compañeros, por ejemplo.

Además, un luego incluye diferentes niveles de dificultad que marcan el progreso de la secuencia. Esto puede permitir avanzar hacia niveles más complejos de aprendizaje en función de lo aprehendido. También, son parte de las actividades de juego las instancias de retroalimentación como insignias o barras que muestran el progreso, porque esto premia conductas y obliga a los alumnos a ir por más. 


Estructura del juego: 

La estructura del juego es el proceso de albergar un módulo completo dentro de un marco temático muy específico que determinará las características del juego, las elecciones que deben realizar los alumnos y el tipo de retroalimentación. 

Hay juegos de aventura, donde el estudiante debe realizar misiones para progresar en los niveles. También juegos de rol, donde el alumno es el protagonista de la historia y quien debe tomar decisiones estratégicas para avanzar. Juegos de estrategia que requieren de táctica y planificación. Juegos de acción, que requieren de acciones rápidas, y -entre las posibilidades más empleadas- juegos de simulación, donde el estudiante está inmerso en un entorno que simula situaciones de la vida real. 

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