El proceso de migración a la nube es una tendencia de transformación tecnológica que se aceleró en los últimos años. Numerosas organizaciones de diversos perfiles dejaron de lado los servidores y centros de datos físicos para ofrecer servicios totalmente online. La educación superior no es la excepción y migrar a la nube genera beneficios y desafíos para llevar adelante este proceso. 

En este sector, son los propios estudiantes quienes demandan una modernización de la infraestructura en general de los servicios que brindan las universidades. Además, cada vez más, se exigen sistemas en línea que requieren de equipos IT que brinden soluciones y se anticipen a las demandas de las instituciones. 


¿Cuáles son los beneficios de este proceso? 

  • Migrar a la nube mejora la productividad, la eficiencia y la agilidad de los procesos académicos, al facilitar el acceso a la información a toda la universidad desde distintos lugares, no importa dónde se encuentren sus actores. 

  • Brinda elasticidad y reduce costos, ya que la universidad solo tiene que invertir en los servicios tecnológicos utilizados y en el almacenamiento ocupado.

  • Potencia el trabajo colaborativo entre administrativos, docentes y estudiantes, quienes pueden colaborar en distintas tareas sin necesidad de que todos instalen un programa específico. La nube permite sistemas con mayor disponibilidad, mejor prestación de servicios y reducción de reclamos. 

Este tipo de migración también supone una serie de desafíos para las instituciones de educación superior, que muchas veces ven la implementación de tecnología como un costo y no como una inversión donde gastos fijos como centros de datos y servidores físicos cambian por gastos variables y recursos TI a medida que se los utiliza.  

Otro de los retos que surgen durante este proceso son los stacks tecnológicos obsoletos y de difícil mantenimiento, donde en muchas ocasiones se utilizan sistemas con arquitectura monolítica. Además, se suman equipos de administración pequeños que no pueden darle una solución a la universidad, brechas de habilidades tecnológicas y recursos escasos dentro de las instituciones, los cuales sufren una constante rotación.

En resumen, la nube está revolucionando la educación y brindando beneficios para la sustentabilidad de las instituciones. Iniciar este camino supone de desafíos que pueden abordarse a través de una planificación adecuada y el acompañamiento de equipos tecnológicos que aseguren una implementación exitosa.

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